Exposición de análisis acerca de los acontecimientos más relevantes en el mundo de la política, la sociedad, la cultura y otros temas, basados en los más elementales razonamientos filosóficos por los que se destaca el ser humano.
sábado, 20 de marzo de 2010
jueves, 18 de marzo de 2010
GIME LA PATRIA
Por las viejas y tristes calles de La Habana en sombras, andan las estampas del terror sedientas. Los perros rojos en casacas verdes, esputan fuego sobre el dolor latente, de las blancas palomas que a llorar se posan. Clavan los perros sus colmillos hondo, en la carne dura de mujeres madres. La sangre drena por dentro, la gloria por las heridas.
Es Cuba la que solloza, por sus palomas de blanco. Es Cuba la que sonríe, por sus mujeres valientes. ¡¿Por qué las persiguen los perros con sus casacas en verde?!
Esa verdad infinita de los mártires y presos, es la verdad que engalanan con gladiolos las cubanas. Rezan también estas Damas para que Cuba sea libre, rezan por sus seres más queridos que se pudren en los fosos. Los fosos de la ciudad de Dite, perdón, de las ciudades cubanas. También rezan y es verdad, por los perros rojos, verdes o abigarrados, para que antes que amanezca, antes que se oculte la luna llena y salga en el oriente el sol radiante, rasguen sus vestiduras culpables y el arrepentimiento los cubra. Será duro perdonar a quien compasión no tuvo, invítalo mejor a derrumbar con mandarrias, con martillos, con los puños y hasta con los dientes si es preciso, las galeras del martirio. Invítalo además, Dama de Blanco, a plantar juntos un gladiolo fresco sobre la tumba de los héroes de paz.
Es Cuba la que solloza, por sus palomas de blanco. Es Cuba la que sonríe, por sus mujeres valientes. ¡¿Por qué las persiguen los perros con sus casacas en verde?!
Esa verdad infinita de los mártires y presos, es la verdad que engalanan con gladiolos las cubanas. Rezan también estas Damas para que Cuba sea libre, rezan por sus seres más queridos que se pudren en los fosos. Los fosos de la ciudad de Dite, perdón, de las ciudades cubanas. También rezan y es verdad, por los perros rojos, verdes o abigarrados, para que antes que amanezca, antes que se oculte la luna llena y salga en el oriente el sol radiante, rasguen sus vestiduras culpables y el arrepentimiento los cubra. Será duro perdonar a quien compasión no tuvo, invítalo mejor a derrumbar con mandarrias, con martillos, con los puños y hasta con los dientes si es preciso, las galeras del martirio. Invítalo además, Dama de Blanco, a plantar juntos un gladiolo fresco sobre la tumba de los héroes de paz.
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