martes, 7 de diciembre de 2010

DISCRIMINACION DE NUEVO TIPO

Son cosas que me avergüenzan y me estrujan el pecho como a un papel inservible. No por ello se detiene mi mano ni deja mi lengua de fustigar al impío. Caen sobre este papel las palabras de mi condena y cada letra que marco, deja en mí el sabor amargo del desdén.
Los cubanos que nacieron en mi generación y posteriores a ella, nacimos bajo el dominio de la dictadura más férrea que haya dominado un país en América Latina y los que no han podido emigrar, aún sufren esa crueldad.
Varios cientos de cubanos, se han venido asentando durante más de una década en el Estado de Arizona en Estados Unidos, a más de tres mil quilómetros lejos de su patria y de su gente. Con el corazón cargado de sueños de triunfar en la vida y comenzar una vida nueva dejando atrás el sufrimiento y el dolor de la escasez, las injusticias, las persecuciones y el inmovilismo de un sistema que no funciona y rompiendo los lazos del amor paternal, el amor a las palmas, a las playas y a la cubanía, amarga como el vino pero nuestra como dijera José Martí, el destino nos ha deparado, a la mayoría, la triste sorpresa del desprecio y la discriminación racial.
La sorpresa es mayor y mayor aún es la tristeza, porque es de la mano de nuestros hermanos latinos de origen mejicano, de donde proviene esa espada que me detiene y me impide acercarme a abrazarlo. En mi propia carne he sufrido y con mis propios ojos he vivido, la discriminación de muchos manejadores y empleados hijos de la patria de Benito Juárez contra los hijos de la patria de Antonio Maceo y José Martí.
La verdad es dura pero no se debe esconder. Los mismos cubanos que una vez conquistaron la región pantanosa de La Florida y la convirtieron en uno de los lugares turísticos más bellos del continente, hoy quisieran echar una mano con los mejicanos, los nativos norteamericanos, los butaneses, los tailandeses y todos los emigrantes que convivimos en esta tierra que nos tendió la mano, para salir adelante y llevar a nuestros seres queridos la riqueza del sacrificio de un salario justo por un trabajo justo. No hay riqueza más sucia que la que proviene del egoísmo del no compartir un espacio de trabajo o un salario justo para otro que lo necesita.
Ahora vendría la cuenta del por qué de tal actitud de desprecio. Los testimonios que dan los cubanos exiliados coinciden en afirmar que los emigrantes latinos de origen mejicano, no conciben el hecho de que los cubanos al llegar a Estados Unidos disfruten de beneficios y documentos migratorios legales que muchos de ellos no pueden tener. La desigualdad trae consigo sentimientos malsanos pero al final no es una desigualdad injusta.
Méjico nunca ha vivido una dictadura estalinista por más de medio siglo y su economía no ha caído en los estratos de la miseria y la indigencia cívica a causa de su gobierno como le ha sucedido al pueblo de Cuba. Los mejicanos emigran arriesgando sus vidas a través del desierto no para huir de una dictadura sino para alcanzar el sueño americano trabajando y triunfando en EE.UU. Los cubanos emigran, miles de ellos en embarcaciones precarias a través del estrecho de La Florida y la mayoría no llega a tierra nunca, para desprenderse no sólo de la destrucción económica de Cuba, sino también de las persecuciones políticas y la falta de libertades y Derechos Humanos.
No comparto la idea de aferrarnos al regionalismo miamense. Estados Unidos es un país inmenso y los cubanos tenemos derecho a disfrutar de él y asentarnos en cualquier parte del territorio sin recibir el rechazo de nadie.
Con dolor, cuando le he dado a conocer mi origen cubano a algún residente de origen mejicano, he recibido como respuesta un silencio frio y una mirada desdeñosa o la repetida frase: “¡Ah! Ustedes sí tienen papeles.”
Somos hijos del mismo continente y hasta hablamos el mismo idioma. Y si emigramos a este país, debemos unirnos para demostrarles a los anfitriones que podemos contribuir al desarrollo de su nación. El amor al prójimo no está condicionado por papeles migratorios ni por diferencias raciales o de cualquier tipo.